Esta exposición toma como inspiración la conocida novela “Los viajes de Gulliver” para presentarnos distintas escenas de la misma, utilizando en numerosos casos la figura de la mujer.

Echando un vistazo a la exposición, rápidamente observamos la gran diversidad de tamaños en los formatos de las obras: grandes obras junto a cuadros más bien pequeños, referencia directa a las disparidades de tamaños presentes en la novela original. Incluso, podemos ver como principal foco al comienzo de la exposición un montaje en el que vemos un vestido movido por el aire de un ventilador, suspendido en un tablón de madera que sobresale de la pared. Esta figura principal, capta rápidamente la atención del visitante y lo introduce al resto de las obras.

Todas las obras, están colocadas en lugares específicos, muy bien pensados y medidos para seguir un orden lógico y atractivo para el espectador, para su colocación, se tiene en cuenta tanto su tamaño y forma como los colores utilizados por el artista o su composición.

Fue una gran oportunidad para entrar en contacto directo y ver, de alguna forma "desde dentro" los entresijos de el montaje de la exposición y del proceso creativo de la artista, así como los distintos significados de las obras y su ejecución.